Los viajes se han efectuado a lo largo de la historia. Se han ramificado en ocho movimientos principalmente: desplazamientos por supervivencia, viajes por economía, por guerras, culturales, de salud y religiosos, el Grand Tour, el Turismo de Élite, las excursiones, el Turismo de Masas, la diversificación de turismos y el viaje virtual.
KNEBEL expone que los antecesores de los modernos turistas son los pioneros ingleses de los siglo XVII y XVIII, y el desarrollo del Grand Tour por parte de la nobleza, frente al inmovilismo de la clase campesina y artesanal.
Es a partir de la sociedad industrial con la expansión del turismo de masas, donde surge la figura del turista, que se diferencia del viajero tradicional, y comporta unas actitudes y roles completamente diferentes.
El movimiento y los traslados se vinculan, en una primera fase a la satisfacción de las necesidades básicas, que siguiendo a Maslow corresponden a las necesidades de niveles inferiores, hasta que éstas queden satisfechas, para pasar después a las necesidades de niveles superiores.
A través de la historia aparecen varios tipos de traslados o viajes que los individuos han ido efectuando según las circunstancias y vicisitudes de la época.
Hay ocho principalmente:
El vocablo “nómade” alude a las personas que pertenecen a un grupo que cambia periódicamente su lugar de residencia.
La ubicación de estas sociedades desde la perspectiva de la microsociología datan desde el origen de la especie humana, hasta hace unos 12000 años. Tenían escaso tiempo para el ocio, salvo en casos de abundancia de alimentos. Estas sociedades están formadas por pequeños grupos de 25 a 40 personas. Su organización se basa en vínculos de parentesco. La estructura de roles está delimitada por la especialización de tareas. La estructura de poder político es casi inexistente, ya que la organización social es muy básica y disponen de la figura del jefe y la de los chamanes o hechiceros, que son los líderes espirituales y ejercen influencia y poder en el grupo.
En la actualidad muchas de estas sociedades están amenazadas, y algunas de ellas están en extinción, ya que su entorno natural ha sido dañado de manera importante, o ha sido impactado negativamente por una planificación turística errónea.
Las sociedades horticultoras suponen un gran avance en la historia de la humanidad, debido a una nueva tecnología agrícola rudimentaria que facilitó la producción de alimentos a escala pequeña desde hace 12000 años. Se crearon herramientas y de aquí surgieron nuevas técnicas de trabajo.
Tezanos
Los especialistas distinguen dos tipos de sociedades horticultoras:
Se aprecia que a mayor avance mayor desigualdad y apertura hacia los conflictos y las guerras, y una nueva modalidad de desigualdad denominada esclavitud.
Los desplazamientos por economía, guerras, cultura, salud y religión se empiezan a movilizar, ya que prácticamente están en la linde de las sociedades agrícolas, que son las que practican estos viajes.
La sociedades agrarias introducen cambios en sus infraestructuras, con la invención de la agricultura a gran escala, el uso del arado, animales de tiro, el descubrimiento de la rueda, la escritura, los sistemas de irrigación, la numeración y la utilización cada vez más frecuente de los metales.
La estructura y tecnología de las sociedades agrarias incrementa el volumen de la población, el campo alcanza grandes dimensiones, se desarrolla la conservación de los alimentos, el sistema de trueque, la aparición del dinero, el desarrollo de las ciudades, el reforzamiento de las elites en las religiones, un aumento de las desigualdades. Por ejemplo las mujeres que quedan relegadas a otras tareas secundarias y pierden el rango que tenían en las anteriores sociedades, y se empieza a gestar la subordinación de las mujeres ante los hombres en el marco de las sociedades (principio del patriarcado occidental).
Se produce un fenómeno importante en el desarrollo de las elites, que lograron, por mediación de la religión un gran poder y control sobre un gran número de personas, que se vieron sometidas a trabajar en condiciones bastante duras.
En estos contextos, los viajes se hacen muy frecuentes y abundan de manera importante en el Mediterráneo y en las zonas del interior.
Manzón indica la inclinación que los griegos sentían hacia los viajes impulsados por la emoción de buscar otros saberes, una educación y culturas diferentes.
Los romanos también efectuaron grandes viajes con la finalidad de visitar centros de interés histórico y cultural, sobre todo las clases adineradas que consideraban los viajes de gran valor para la educación de sus hijos, además del prestigio social que les confería.
Las guerras han supuesto siempre uno de los motivos principales de desplazamientos, que se repetirán en las sociedades industriales y posindustriales, hasta llegar a la sociedad tecnológico avanzada del siglo XXI.
La etapa que sigue a estas sociedades agrícolas es la del feudalismo o sistema estamental basado en el poder militar y en la dominación económica. Es un sistema de organización social que fue dominante en la Europa occidental, entre los siglos X al XV. Este sistema se basaba en la posesión de la tierra en la que el señor (nobleza) concedía (no en propiedad) grandes extensiones de terreno, denominado feudo, a sus vasallos (caballeros) a cambio de sus servicios militares. Los viajes por cuestiones militares y de guerra se hacen frecuentes, además de los viajes religiosos como el famoso Camino de Santiago.
Una nueva sociedad emerge basada en el empleo de la maquinaria que inicia la Revolución Industrial. Theodorson y Theodorson la califican como una etapa de cambios radicales en los métodos de producción y organización económica y social que resultan de la introducción de la maquinaria y la consecuente aparición del sistema fabril.
El viaje más famoso en esta etapa es el Grand Tour o el Gran Viaje, importante acontecimiento de la Europa de los siglos XVI, XVII y XVIII por motivos educativos.
A estos viajes se les conoce también como Tour de la nobleza y duran de uno a tres años aproximadamente.
Aquí se encuentran los antecesores de los modernos turistas a los que alude Knebel.
Con la Revolución Industrial, que comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII, se inician nuevos procesos que se caracterizan por el reemplazo de la producción manual por la producción mecanizada operada en fábricas, el surgimiento de una clase de obreros que trabajan por un salario y no poseen medios propios de producción o los bienes que producen, crecimiento de numerosas ciudades.
En tan solo 100 años las sociedades humanas que se industrializaron, sufrieron una transformación radical, equivalente a varios miles de años en otras épocas.
Una sociedad nueva en el siglo XIX se abriría camino con ferrocarriles y barcos de vapor, donde van a ser cada vez más frecuentes los viajes por cuestiones económicas. Proliferan los motores de combustión, la electricidad en las ciudades y pueblos, el teléfono, la radio, la televisión, el automóvil, etc.
El período histórico de las sociedades industriales va desde mediados del siglo XVIII hasta el presente.
Así pues, la etapa del Grand Tour va finalizando conforme va cambiando la sociedad a través de las revoluciones en la agricultura, la industria y la política, concretamente a mediados del siglo XVIII, y los viajes pierden el cariz de ser viajes formativos para convertirse en viajes cuya finalidad será la profesional para adquirir información.
Steinecke y Knebel sitúan en esta segunda pare del siglo XVIII el fin del Grand Tour, que es sustituido por otro tipo de viajes de interés profesional-formativo, el resurgimiento de los balnearios en Europa, las estancias que empezaban a imponer las clases burguesas sobre todo en las playas de veraneo.
Aquellos jóvenes de clases adineradas se reunían para el reposo, y sobre todo para la búsqueda de diversión y juegos de azar.
Y conforme se van desarrollando las sociedades industriales, los medios de transporte y de comunicación ofrecían otras nuevas oportunidades de viajar a las playas, a os parques con el redescubrir de la naturaleza, a practicar actividades deportivas, etc. Practicado por las clases sociales altas, lo que vendría a representar al dominado turismo de elite. Otra modalidad es la excursión que, a pesar de ser en un día, surge con fuerza en las áreas especialmente urbanas.
La mejora de las condiciones de trabajo en los trabajadores y las vacaciones pagadas traerá una importante modalidad de viajes en masas, en aquellas poblaciones que vieron mejorar su nivel de vida, y que utilizarían el transporte privado (vehículo particular, los vuelos charter, los autobuses, trenes y los cruceros en general), que asentarían el turismo de masas.
Finalmente, las sociedades posindustriales se caracterizan por el uso intensivo de las tecnologías. La estructura ocupacional se transforma y surgen nuevos tipos de ocupaciones.
Los nuevos avances se traducen en mejoras en el nivel de vida, incremento de la producción de bienes y de servicios, el control de determinadas enfermedades, nuevas modalidades de ocio y de alternativas de turismo, y el viaje virtual.
También se han abierto importantes fisuras en las desigualdades sociales, y ha precipitado problemas sociales que provienen del desempleo, la exclusión social y la pobreza en general.
Maciones y Plumier indican que la tecnología, al transformar el mundo y las sociedades puede crear también nuevos problemas.
A la observación que efectúa por los mundos desconocidos que va explorando en su viaje turístico, se le cataloga como la mirada turística que iba dirigida hacia los pueblos extranjeros. La separación entre el viajero y el turista es cada vez más inminente, y lo que surgió como una nueva figura turística con matices innovadores nacida en el siglo XX, se fue deteriorando hasta finalizar en un estereotipo de mal viajero, porque trivaliza el mundo que está conociendo, busca el placer, es pasivo. Es una tipología defectuosa del viajero tradicional al que lo que le importa es la estancia y no el viaje.
El nuevo viajero utiliza un nuevo medio de transporte, el avión que proporciona una dimensión distinta del viaje, o emplea su propio vehículo. El nuevo viajero es un escapista que no sólo disfruta pasivamente de lo desconocido programado y pagado, sino que también interpreta estos nuevos ámbitos.
El turista no es un no viajero o un peregrino ciego. Descubre el mundo y siempre tendrá una visión según sus puntos de vista. El tren, el coche, el avión, no sólo introducen rapidez en el viaje, sino que ofrecen una amplia gama de velocidades que son otros tantos pilares de exploración desconocidos hasta ahora.
Desde la perspectiva multidisciplinar en las décadas 70 y 80 se construye la tipificación del comportamiento del turista, se destaca a los turistas como los principales actores del fenómeno del turismo y se perfila el rol de viajero y el del turista.
En la categoría de turistas y receptores la obra “Anfitriones e invitados de Smith .- las dimensiones básicas en las relaciones turista-receptor como son las interacciones, percepciones y actitudes. Los cuatro estados de Doxey: euforia, apatía, molestia e irritación y antagonismo, que se produce en la evolución de la actitud de los receptores hacia el turista; y el abandono gradual del paradigma anfitrión-huésped, que se mantuvo bastante tiempo en la teoría del turismo.
Smith desglosa en siete tipos de turistas en función de las expectativas, y grado de adaptación a las normas del lugar de destino, y número de turistas:
Y si atienden al perfil psicocéntrico, tendrán que equiparar a la zona de destino con otras actividades que ofrezcan productos y servicios con una atmósfera relajante y segura, y ofrecer cierta familiaridad en servicios.
Barman en su capítulo “turistas y vagabundos” emplaza a los ciudadanos en la actualidad en un mundo en moviemiento, aunque físicamente permanezcamos en reposo (por el televisor, canales y páginas webs de diferentes países todos podemos ser viajeros al menos en sentido espiritual).
Barman diferencia entre las vivencias del turista que prefiere cumplir sus sueños desplazándose a los lugares donde desea ir, y los vagabundos que son los desarraigados de su lugar.
Los fenómenos socioculturales se gestan en esta fase. Las cuestiones socioculturales son las que han sido abordadas desde la antropología y la sociología. Es un encuentro encuentro de culturas diferente que se mezclan en muchos casos sin orden, se anteponen las unas a las otras, incluso, las más dominantes, consiguen engullir a las que se hallaban en su estado natural y se las marca definitivamente.
En estos encuentros tan diferentes, las relaciones de poder emergen con toda su fuerza, y se crean nuevos nómadas en un mundo moderno formando un mestizaje que, en ciertos casos, adquiere formas enriquecedoras, pero en otras, se extrae la esencia más ancestral de las culturas para vaciarlas irreversiblemente. El efecto demostración es un ejemplo de estas relaciones, y está basado en la observación de los anfitriones hacia los turistas, que al observarlos producen cambios, e incluso se llega a la imitación.
Urbain percibe un turista incapaz de encontrarse y relacionarse de manera enriquecedora con las gentes de las zonas de destino turístico.
A la desconfianza del autóctono se le añade a menudo un sentimiento de inferioridad. La sociología ha insistido mucho en el rechazo negativo del turismo sobre las regiones llamadas de acogida. Los grados de resentimiento indígena van desde la hostilidad latente hasta la agresión abierta.
Este fenómeno de rechazo y de manifestación de desprecio antiturístico existió ya en la Europa del siglo XIX.
El punto en común de las actitudes y expectativas de las poblaciones locales, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, se gestaba en la preocupación por los alcances del desarrollo turístico y sus imprevisiones. Hecho que llevaba a gran inquietud en los residentes que se experimentaba en una desconfianza latente o, incluso, en una xenofobia activa.
Urbain halló que el desprecio por este modelo de desarrollo turístico estaba enraizado en los indígenas extra-occidentales y sus defensores, y también en los propios turistas. Se produce, pues, un fenómeno de rechazo en las culturas de las sociedades de origen, y en el proceso que se entabla en el encuentro entre sociedades de las restantes culturas receptoras.
El autóctono, residente y anfitrión ha oscilado entre la actitud favorable ante la contraprestación recibida, y la actitud de freno ante las invasiones, especialmente en las etapas de apatía, irritación y antagonismo de introducción del turismo en las sociedades de destino turísticas.
Por tanto, las poblaciones anfitrionas han reaccionado cogiendo las ventajas inmediatas, a la vez que protestaban por las invasiones desmedidas. Desde la perspectiva sociocultural, destaca el hecho de que el autóctono quiere ser conocido como el heredero de una cultura, de la que es propietario. Y en el mestizaje del encuentro con la tipología diversa de turistas, recogen también las culturas que entran y las acoplan a sus necesidades.
En la mayoría de los casos se encuentran atrapados por el comercio, y la mercantilización, para formar parte del modelo de desarrollo, y no quedarse fuera o arrojados de sus propios hábitats. Una vez que se ha desarrollado la mercantilización del mundo cultural, y se ha consolidado el encuentro con los turistas, los autóctonos, residentes, anfitriones e indígenas, ya no se separarán jamás de mestizaje multicultural.
En definitiva, los encuentros entre turistas y residentes están determinados fuertemente por los impactos socioculturales positivos y negativos en las etapas de euforia, apatía, irritación, antagonismo y fase final, dentro de los ciclos de desarrollo en las sociedades de destino turísticas. Estos impactos adquieren las formas de fenómenos socioculturales y que son positivos en las fases de comienzo y final, y negativos en las etapas centrales de introducción del turismo.
Turner y Ash: en el encuentro establecido entre turistas y residentes predomina una búsqueda de los cultural prácticamente superficial, sin apenas comunicación entre unos y otros.
El punto de unión entre los turistas y anfitriones son los operadores turísticos, las agencias de viaje, quienes tienen un papel primordial para que los encuentros sean favorables o no. Y en el caso de los guías locales su función estriba en interpretar para los turistas los ejemplos más prominentes de la cultura. Por lo que la formación de los guías es primordial para la presentación e interpretación adecuada de las visiones nacionales o regionales para los visitantes.
Otra de las consecuencias son las que provienen de la demanda que hacen los turistas de los objetos de artesanía tradicional (souvenirs), que origina el declive de los ámbitos culturales y artísticos de las poblaciones anfitriona. Se la ha llamado mercadotecnia y consiste en la demanda de artes y artesanía sugeridos por el turismo, que ciertamente revitaliza la artesanía tradicional, pero al precio de reducirla a una forma degenerada de producción de curiosidades de distinta índole.
Es la industria de la falsificación, la modificación del arte y de la artesanía, el cambio de los valores tradicionales.
En el lado más oscuro del encuentro entre turistas y anfitriones se han dado situaciones rebajantes y con expresión de servilismo, sobre todo en las relaciones de servicios, que han provocado hostilidad en aquellos contextos sociales e históricos en los que hubo esclavitud y colonialismo.
En la actualidad existen lamentablemente situaciones de esclavismo sexual en el turismo internacional y que está dominado por el comercio del sexo.
En suma, el denominado contacto intercultural y el intercambio sociocultural ha sido según Nash “el turista, como el comerciante, el empresario, misionero, etc, son considerados como agentes de contacto entre las culturas y, directa o indirectamente, como inductores del cambio, sobre todo en las regiones menos desarrolladas del planeta”. Es la interpretación del turismo considerado como una forma de imperialismo, y que consiste en la expansión en el extranjero de aquellos intereses de una sociedad concreta.
Por último, en España, Santana ha estudiado la relación que se da entre lo que él denomina visitantes y visitados. Es un encuentro entre dos mundos que mentalmente están separados por un ámbito que ellos mismos han creado, y de donde van a surgir lo que se califica como impactos socioculturales del turismo.
KNEBEL expone que los antecesores de los modernos turistas son los pioneros ingleses de los siglo XVII y XVIII, y el desarrollo del Grand Tour por parte de la nobleza, frente al inmovilismo de la clase campesina y artesanal.
Es a partir de la sociedad industrial con la expansión del turismo de masas, donde surge la figura del turista, que se diferencia del viajero tradicional, y comporta unas actitudes y roles completamente diferentes.
Los Viajes en la Evolución de las Sociedades
Los viajes han estado siempre presentes en las sociedades humanas.El movimiento y los traslados se vinculan, en una primera fase a la satisfacción de las necesidades básicas, que siguiendo a Maslow corresponden a las necesidades de niveles inferiores, hasta que éstas queden satisfechas, para pasar después a las necesidades de niveles superiores.
A través de la historia aparecen varios tipos de traslados o viajes que los individuos han ido efectuando según las circunstancias y vicisitudes de la época.
Hay ocho principalmente:
- Desplazamientos por supervivencia
- Viajes por economía, por guerras, culturales, de salud y religiosos
- El Grand Tour
- El Turismo de élite
- Las excursiones
- Turismo de masas
- La diversificación de turismos
- El viaje virtual
El vocablo “nómade” alude a las personas que pertenecen a un grupo que cambia periódicamente su lugar de residencia.
La ubicación de estas sociedades desde la perspectiva de la microsociología datan desde el origen de la especie humana, hasta hace unos 12000 años. Tenían escaso tiempo para el ocio, salvo en casos de abundancia de alimentos. Estas sociedades están formadas por pequeños grupos de 25 a 40 personas. Su organización se basa en vínculos de parentesco. La estructura de roles está delimitada por la especialización de tareas. La estructura de poder político es casi inexistente, ya que la organización social es muy básica y disponen de la figura del jefe y la de los chamanes o hechiceros, que son los líderes espirituales y ejercen influencia y poder en el grupo.
En la actualidad muchas de estas sociedades están amenazadas, y algunas de ellas están en extinción, ya que su entorno natural ha sido dañado de manera importante, o ha sido impactado negativamente por una planificación turística errónea.
Las sociedades horticultoras suponen un gran avance en la historia de la humanidad, debido a una nueva tecnología agrícola rudimentaria que facilitó la producción de alimentos a escala pequeña desde hace 12000 años. Se crearon herramientas y de aquí surgieron nuevas técnicas de trabajo.
Tezanos
Los especialistas distinguen dos tipos de sociedades horticultoras:
- Las sociedades horticultoras simples, son las más antiguas y elementales. Se trata de comunidades que continúan teniendo un tamaño bastante reducido, en torno a las 100 o 200 personas.
- Las sociedades horticultoras avanzadas que utilizaron técnicas de cultivo más diversificadas. Empezaron a emplear los metales y tuvieron una mayor población, hasta superar cifras de varios miles de individuos.
Se aprecia que a mayor avance mayor desigualdad y apertura hacia los conflictos y las guerras, y una nueva modalidad de desigualdad denominada esclavitud.
Los desplazamientos por economía, guerras, cultura, salud y religión se empiezan a movilizar, ya que prácticamente están en la linde de las sociedades agrícolas, que son las que practican estos viajes.
La sociedades agrarias introducen cambios en sus infraestructuras, con la invención de la agricultura a gran escala, el uso del arado, animales de tiro, el descubrimiento de la rueda, la escritura, los sistemas de irrigación, la numeración y la utilización cada vez más frecuente de los metales.
La estructura y tecnología de las sociedades agrarias incrementa el volumen de la población, el campo alcanza grandes dimensiones, se desarrolla la conservación de los alimentos, el sistema de trueque, la aparición del dinero, el desarrollo de las ciudades, el reforzamiento de las elites en las religiones, un aumento de las desigualdades. Por ejemplo las mujeres que quedan relegadas a otras tareas secundarias y pierden el rango que tenían en las anteriores sociedades, y se empieza a gestar la subordinación de las mujeres ante los hombres en el marco de las sociedades (principio del patriarcado occidental).
Se produce un fenómeno importante en el desarrollo de las elites, que lograron, por mediación de la religión un gran poder y control sobre un gran número de personas, que se vieron sometidas a trabajar en condiciones bastante duras.
En estos contextos, los viajes se hacen muy frecuentes y abundan de manera importante en el Mediterráneo y en las zonas del interior.
Manzón indica la inclinación que los griegos sentían hacia los viajes impulsados por la emoción de buscar otros saberes, una educación y culturas diferentes.
Los romanos también efectuaron grandes viajes con la finalidad de visitar centros de interés histórico y cultural, sobre todo las clases adineradas que consideraban los viajes de gran valor para la educación de sus hijos, además del prestigio social que les confería.
Las guerras han supuesto siempre uno de los motivos principales de desplazamientos, que se repetirán en las sociedades industriales y posindustriales, hasta llegar a la sociedad tecnológico avanzada del siglo XXI.
La etapa que sigue a estas sociedades agrícolas es la del feudalismo o sistema estamental basado en el poder militar y en la dominación económica. Es un sistema de organización social que fue dominante en la Europa occidental, entre los siglos X al XV. Este sistema se basaba en la posesión de la tierra en la que el señor (nobleza) concedía (no en propiedad) grandes extensiones de terreno, denominado feudo, a sus vasallos (caballeros) a cambio de sus servicios militares. Los viajes por cuestiones militares y de guerra se hacen frecuentes, además de los viajes religiosos como el famoso Camino de Santiago.
Una nueva sociedad emerge basada en el empleo de la maquinaria que inicia la Revolución Industrial. Theodorson y Theodorson la califican como una etapa de cambios radicales en los métodos de producción y organización económica y social que resultan de la introducción de la maquinaria y la consecuente aparición del sistema fabril.
El viaje más famoso en esta etapa es el Grand Tour o el Gran Viaje, importante acontecimiento de la Europa de los siglos XVI, XVII y XVIII por motivos educativos.
A estos viajes se les conoce también como Tour de la nobleza y duran de uno a tres años aproximadamente.
Aquí se encuentran los antecesores de los modernos turistas a los que alude Knebel.
Con la Revolución Industrial, que comenzó en Inglaterra en el siglo XVIII, se inician nuevos procesos que se caracterizan por el reemplazo de la producción manual por la producción mecanizada operada en fábricas, el surgimiento de una clase de obreros que trabajan por un salario y no poseen medios propios de producción o los bienes que producen, crecimiento de numerosas ciudades.
En tan solo 100 años las sociedades humanas que se industrializaron, sufrieron una transformación radical, equivalente a varios miles de años en otras épocas.
Una sociedad nueva en el siglo XIX se abriría camino con ferrocarriles y barcos de vapor, donde van a ser cada vez más frecuentes los viajes por cuestiones económicas. Proliferan los motores de combustión, la electricidad en las ciudades y pueblos, el teléfono, la radio, la televisión, el automóvil, etc.
El período histórico de las sociedades industriales va desde mediados del siglo XVIII hasta el presente.
Así pues, la etapa del Grand Tour va finalizando conforme va cambiando la sociedad a través de las revoluciones en la agricultura, la industria y la política, concretamente a mediados del siglo XVIII, y los viajes pierden el cariz de ser viajes formativos para convertirse en viajes cuya finalidad será la profesional para adquirir información.
Steinecke y Knebel sitúan en esta segunda pare del siglo XVIII el fin del Grand Tour, que es sustituido por otro tipo de viajes de interés profesional-formativo, el resurgimiento de los balnearios en Europa, las estancias que empezaban a imponer las clases burguesas sobre todo en las playas de veraneo.
Aquellos jóvenes de clases adineradas se reunían para el reposo, y sobre todo para la búsqueda de diversión y juegos de azar.
Y conforme se van desarrollando las sociedades industriales, los medios de transporte y de comunicación ofrecían otras nuevas oportunidades de viajar a las playas, a os parques con el redescubrir de la naturaleza, a practicar actividades deportivas, etc. Practicado por las clases sociales altas, lo que vendría a representar al dominado turismo de elite. Otra modalidad es la excursión que, a pesar de ser en un día, surge con fuerza en las áreas especialmente urbanas.
La mejora de las condiciones de trabajo en los trabajadores y las vacaciones pagadas traerá una importante modalidad de viajes en masas, en aquellas poblaciones que vieron mejorar su nivel de vida, y que utilizarían el transporte privado (vehículo particular, los vuelos charter, los autobuses, trenes y los cruceros en general), que asentarían el turismo de masas.
Finalmente, las sociedades posindustriales se caracterizan por el uso intensivo de las tecnologías. La estructura ocupacional se transforma y surgen nuevos tipos de ocupaciones.
Los nuevos avances se traducen en mejoras en el nivel de vida, incremento de la producción de bienes y de servicios, el control de determinadas enfermedades, nuevas modalidades de ocio y de alternativas de turismo, y el viaje virtual.
También se han abierto importantes fisuras en las desigualdades sociales, y ha precipitado problemas sociales que provienen del desempleo, la exclusión social y la pobreza en general.
Maciones y Plumier indican que la tecnología, al transformar el mundo y las sociedades puede crear también nuevos problemas.
Exploradores, Viajeros. Turistas y Vagabundos
El viaje del turista en estas primeras etapas del turismo de masas es una imagen de sujeto interesado por el ansia de acumular en el viaje el mayor número posible de ciudades, monumentos, etc. Es un turista portador de una cámara de fotos, dentro de un tiempo de descanso y disfrute, alejado de la rutina del trabajo, de la vida cotidiana, y con el beneficio de una paga extraordinaria.A la observación que efectúa por los mundos desconocidos que va explorando en su viaje turístico, se le cataloga como la mirada turística que iba dirigida hacia los pueblos extranjeros. La separación entre el viajero y el turista es cada vez más inminente, y lo que surgió como una nueva figura turística con matices innovadores nacida en el siglo XX, se fue deteriorando hasta finalizar en un estereotipo de mal viajero, porque trivaliza el mundo que está conociendo, busca el placer, es pasivo. Es una tipología defectuosa del viajero tradicional al que lo que le importa es la estancia y no el viaje.
El nuevo viajero utiliza un nuevo medio de transporte, el avión que proporciona una dimensión distinta del viaje, o emplea su propio vehículo. El nuevo viajero es un escapista que no sólo disfruta pasivamente de lo desconocido programado y pagado, sino que también interpreta estos nuevos ámbitos.
El turista no es un no viajero o un peregrino ciego. Descubre el mundo y siempre tendrá una visión según sus puntos de vista. El tren, el coche, el avión, no sólo introducen rapidez en el viaje, sino que ofrecen una amplia gama de velocidades que son otros tantos pilares de exploración desconocidos hasta ahora.
Desde la perspectiva multidisciplinar en las décadas 70 y 80 se construye la tipificación del comportamiento del turista, se destaca a los turistas como los principales actores del fenómeno del turismo y se perfila el rol de viajero y el del turista.
En la categoría de turistas y receptores la obra “Anfitriones e invitados de Smith .- las dimensiones básicas en las relaciones turista-receptor como son las interacciones, percepciones y actitudes. Los cuatro estados de Doxey: euforia, apatía, molestia e irritación y antagonismo, que se produce en la evolución de la actitud de los receptores hacia el turista; y el abandono gradual del paradigma anfitrión-huésped, que se mantuvo bastante tiempo en la teoría del turismo.
Smith desglosa en siete tipos de turistas en función de las expectativas, y grado de adaptación a las normas del lugar de destino, y número de turistas:
- Exploradores: que viajan para descubrir nuevos hábitats, y desean comunicarse con los nativos de las zonas que exploran, no suelen ser frecuentes.
- Turistas de elite: los que viajan a lugares poco usuales, amantes de experiencias organizadas, tampoco suelen ser muy frecuentes.
- Turistas inusuales: que desean explorar lugares poco frecuentados, solitarios.
- Turistas excéntricos: son poco comunes y prefieren mantenerse lejos de las multitudes, les gusta experimentar emociones semi-controladas que requieren ciertos riesgos.
- Turistas masa incipiente: van mezclando autenticidad y comodidad, pueden interactuar con residente y se inclinan por el disfrute de lo que les brinda la zona de destino turística.
- Turistas charter: prefieren la comodidad de los servicios turísticos (hotel, comidas) en zonas de buen clima, algo familiares y no muy caros.
- Turistas masa: van a lugares con gran afluencia de gente, de clase media, corresponde a un turismo que hace dependiente a las zonas de destino por los ingresos y valores de la clase social adscrita y que ofrece turistas.
- Amantes del sol
- Excitantes.- que prefieren buscar la acción en fiestas y clubes nocturnos.
- Los antropólogos.- les gusta encontrarse con la población local y compartir su estilo de vida.
- Los arqueólogos.- yacimientos.
- Los turistas de masa organizados.- vacaciones organizadas.
- Los deportistas.
- Los escapistas.- buscan la evasión y disfrutar de lugares tranquilo.
- Los turistas de mochila.
- Los turistas de clase alta.- en primera clase.
- Los turistas individuales.- organizan sus propios viajes, y siguen a los grupos organizados.
- Los espiritualistas.- buscan el conocimiento espiritual o personal.
- Los elitistas.- es parecido al de la clase social alta, sus vacaciones son con la clase alta, acuden a los destinos donde pueden asistir a fiestas. Son la jet set.
- Los exploradores.- viajar por el deseo de aventura.
- Los buscadores.- prefieren el riesgo, u les gusta las experiencias en las que pueden encontrar emociones fuertes.
- El perfil psicográfico alocéntrico busca nuevos destinos y es independiente, aventurero, que desea libertad con respecto a las normas sociales de la sociedad.
- Los turistas casi alocéntricos o midcéntricos no son tan extremos como los aventureros y prefieren mezclar un turismo exótico y familiar, de manera que asimilan gran parte de las normas sociales de la sociedad de destino y que los casi psicocéntricos que se adaptan todavía más.
- Los turistas psicocéntricos prefieren destinos familiares, y son dependientes de los servicios de la sociedad de destino.
Y si atienden al perfil psicocéntrico, tendrán que equiparar a la zona de destino con otras actividades que ofrezcan productos y servicios con una atmósfera relajante y segura, y ofrecer cierta familiaridad en servicios.
Barman en su capítulo “turistas y vagabundos” emplaza a los ciudadanos en la actualidad en un mundo en moviemiento, aunque físicamente permanezcamos en reposo (por el televisor, canales y páginas webs de diferentes países todos podemos ser viajeros al menos en sentido espiritual).
Barman diferencia entre las vivencias del turista que prefiere cumplir sus sueños desplazándose a los lugares donde desea ir, y los vagabundos que son los desarraigados de su lugar.
- Turistas: se desplazan o permanecen en un lugar según sus deseos. Abandonan un lugar cuando nuevas oportunidades desconocidas los llaman desde otra parte. Viajan porque quieren.
- Vagabundos: saben que no se quedarán mucho tiempo en un lugar por más que lo deseen, ya que no son bienvenidos en ninguna parte. Viajan porque no tienen otra elección soportable. Son turistas involuntarios.
Encuentros entre Turistas y Residentes/Anfitriones
La etapa de encuentros entre turistas y residentes/anfitriones corresponde a la etapa de euforia en la introducción del turismo en la sociedad de destino turística. En esta etapa las sociedades receptoras acogen al turismo con gran entusiasmo por las oportunidades ilimitadas que parece ofrecer, y es en ese momento cuando surge un tipo de relaciones entre los nuevos viajeros llamados turistas y las poblaciones locales. Aquí es donde encajan los cuatro mitos que analizó Jurado:- El turismo como generador de empleo y riqueza.
- El turismo como vía de comunicación cultural.
- El turismo como vía positiva para la conservación.
- El turismo como elemento generador de cambio.
Los fenómenos socioculturales se gestan en esta fase. Las cuestiones socioculturales son las que han sido abordadas desde la antropología y la sociología. Es un encuentro encuentro de culturas diferente que se mezclan en muchos casos sin orden, se anteponen las unas a las otras, incluso, las más dominantes, consiguen engullir a las que se hallaban en su estado natural y se las marca definitivamente.
En estos encuentros tan diferentes, las relaciones de poder emergen con toda su fuerza, y se crean nuevos nómadas en un mundo moderno formando un mestizaje que, en ciertos casos, adquiere formas enriquecedoras, pero en otras, se extrae la esencia más ancestral de las culturas para vaciarlas irreversiblemente. El efecto demostración es un ejemplo de estas relaciones, y está basado en la observación de los anfitriones hacia los turistas, que al observarlos producen cambios, e incluso se llega a la imitación.
Urbain percibe un turista incapaz de encontrarse y relacionarse de manera enriquecedora con las gentes de las zonas de destino turístico.
A la desconfianza del autóctono se le añade a menudo un sentimiento de inferioridad. La sociología ha insistido mucho en el rechazo negativo del turismo sobre las regiones llamadas de acogida. Los grados de resentimiento indígena van desde la hostilidad latente hasta la agresión abierta.
Este fenómeno de rechazo y de manifestación de desprecio antiturístico existió ya en la Europa del siglo XIX.
El punto en común de las actitudes y expectativas de las poblaciones locales, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, se gestaba en la preocupación por los alcances del desarrollo turístico y sus imprevisiones. Hecho que llevaba a gran inquietud en los residentes que se experimentaba en una desconfianza latente o, incluso, en una xenofobia activa.
Urbain halló que el desprecio por este modelo de desarrollo turístico estaba enraizado en los indígenas extra-occidentales y sus defensores, y también en los propios turistas. Se produce, pues, un fenómeno de rechazo en las culturas de las sociedades de origen, y en el proceso que se entabla en el encuentro entre sociedades de las restantes culturas receptoras.
El autóctono, residente y anfitrión ha oscilado entre la actitud favorable ante la contraprestación recibida, y la actitud de freno ante las invasiones, especialmente en las etapas de apatía, irritación y antagonismo de introducción del turismo en las sociedades de destino turísticas.
Por tanto, las poblaciones anfitrionas han reaccionado cogiendo las ventajas inmediatas, a la vez que protestaban por las invasiones desmedidas. Desde la perspectiva sociocultural, destaca el hecho de que el autóctono quiere ser conocido como el heredero de una cultura, de la que es propietario. Y en el mestizaje del encuentro con la tipología diversa de turistas, recogen también las culturas que entran y las acoplan a sus necesidades.
En la mayoría de los casos se encuentran atrapados por el comercio, y la mercantilización, para formar parte del modelo de desarrollo, y no quedarse fuera o arrojados de sus propios hábitats. Una vez que se ha desarrollado la mercantilización del mundo cultural, y se ha consolidado el encuentro con los turistas, los autóctonos, residentes, anfitriones e indígenas, ya no se separarán jamás de mestizaje multicultural.
En definitiva, los encuentros entre turistas y residentes están determinados fuertemente por los impactos socioculturales positivos y negativos en las etapas de euforia, apatía, irritación, antagonismo y fase final, dentro de los ciclos de desarrollo en las sociedades de destino turísticas. Estos impactos adquieren las formas de fenómenos socioculturales y que son positivos en las fases de comienzo y final, y negativos en las etapas centrales de introducción del turismo.
Turner y Ash: en el encuentro establecido entre turistas y residentes predomina una búsqueda de los cultural prácticamente superficial, sin apenas comunicación entre unos y otros.
El punto de unión entre los turistas y anfitriones son los operadores turísticos, las agencias de viaje, quienes tienen un papel primordial para que los encuentros sean favorables o no. Y en el caso de los guías locales su función estriba en interpretar para los turistas los ejemplos más prominentes de la cultura. Por lo que la formación de los guías es primordial para la presentación e interpretación adecuada de las visiones nacionales o regionales para los visitantes.
Otra de las consecuencias son las que provienen de la demanda que hacen los turistas de los objetos de artesanía tradicional (souvenirs), que origina el declive de los ámbitos culturales y artísticos de las poblaciones anfitriona. Se la ha llamado mercadotecnia y consiste en la demanda de artes y artesanía sugeridos por el turismo, que ciertamente revitaliza la artesanía tradicional, pero al precio de reducirla a una forma degenerada de producción de curiosidades de distinta índole.
Es la industria de la falsificación, la modificación del arte y de la artesanía, el cambio de los valores tradicionales.
En el lado más oscuro del encuentro entre turistas y anfitriones se han dado situaciones rebajantes y con expresión de servilismo, sobre todo en las relaciones de servicios, que han provocado hostilidad en aquellos contextos sociales e históricos en los que hubo esclavitud y colonialismo.
En la actualidad existen lamentablemente situaciones de esclavismo sexual en el turismo internacional y que está dominado por el comercio del sexo.
En suma, el denominado contacto intercultural y el intercambio sociocultural ha sido según Nash “el turista, como el comerciante, el empresario, misionero, etc, son considerados como agentes de contacto entre las culturas y, directa o indirectamente, como inductores del cambio, sobre todo en las regiones menos desarrolladas del planeta”. Es la interpretación del turismo considerado como una forma de imperialismo, y que consiste en la expansión en el extranjero de aquellos intereses de una sociedad concreta.
Por último, en España, Santana ha estudiado la relación que se da entre lo que él denomina visitantes y visitados. Es un encuentro entre dos mundos que mentalmente están separados por un ámbito que ellos mismos han creado, y de donde van a surgir lo que se califica como impactos socioculturales del turismo.